miércoles, 3 de febrero de 2016

Monumentos Arquitectónicos Modernistas de México



El Palacio de Bellas Artes,


ubicado en el Centro Histórico de la Ciudad de México, es la casa máxima de la expresión de la cultura, el teatro lírico más relevante y el centro más importante del país dedicado a todas las manifestaciones de las bellas artes. La Unesco lo declaró monumento artístico en 1987.

bellas artes se popularizó en el siglo XVIII para referirse a las principales formas de arte que se desarrollaban por el uso de la estética, la idealización de la belleza y e Inaugurado bajo el nombre de Museo de Artes Plásticas, el 29 de septiembre de 1934, fue el primer museo dedicado a la producción plástica y también el origen indiscutible del sistema de museos de arte por ser el primer museo de arte en México. Su construcción fue encargada por el presidente mexicano Porfirio Díaz al final de su mandato, con motivo de la celebración del Centenario del Inicio de la Independencia de México. Como institución, depende del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), del gobierno federal.



 


Arquitectos: Javier Dominguez, Claudio Prieto






Edificio El Moro


El Edificio El Moro es una construcción que se encuentra en el Paseo de la Reforma #1, Colonia. Tabacalera, Delegación Cuauhtémoc en la Ciudad de México. Se considera como uno de los primeros rascacielos de la capital mexicana, y fue inaugurado en 28 de noviembre de 1946, antes que la Torre Latinoamericana. Se le conoce también como La Lotería, porque alberga las oficinas de la Lotería Nacional (Lotenal), fue en esa época por un año (en la historia de la torre se explica el dato), el edificio más alto de la Ciudad de México hasta que fue concluida la construcción de la Torre Anáhuac.


Su altura es de 107 m u tiene 29 plantas.
De estilo Art Decó.
Cuenta con 5 elevadores (ascensores).
Los materiales que se usaron en su construcción fueron: acero, cristalería y concreto.
El área total del edificio es de 22,000 metros cuadrados en un predio de más de dos mil metros cuadrados que antes ocupaban la comandancia de policía que estaba junto a la casa de Mier y Terán, la casona donde se ubicaron también las oficinas de la Lotería Nacional (Paseo de la Reforma #1) y tres predios más










Monumento a la Revolución


El Monumento a la Revolución es una obra arquitectónica y un mausoleo dedicado a la conmemoración de la Revolución mexicana. Es obra de Carlos Obregón Santacilia, quien tomó la estructura del Salón de los Pasos Perdidos del malogrado Palacio Legislativo de Émile Bénard para edificar el monumento, concluido en 1938. Actualmente es uno de los más reconocibles en la Ciudad de México, y forma parte de un conjunto integrado por el propio monumento, la Plaza de la República y el Museo Nacional de la Revolución. Se localiza en la Colonia Tabacalera de la Delegación Cuauhtémoc, cerca del Centro Histórico de la Ciudad de México.






Edificio de Salubridad de Chapultepec  


El edificio Sede de la Secretaría de Salud, originalmente diseñado para alojar las oficinas del departamento de Salubridad e Higiene por el Arquitecto Carlos Obregón Santacilia, fue construido en un terreno en forma de trapecio irregular delimitado por las avenidas de Paseo de la Reforma y Chapultepec, y por las calles de Lieja y José Vasconcelos; y fue el primer inmueble que construyó en su totalidad el gobierno posrevolucionario expresamente para la administración pública. Su construcción comenzó en Octubre de 1925, siendo presidente Plutarco Elías Calles, y el edificio fue inaugurado en Noviembre de 1929, por el entonces presidente Emilio Portes Gil. Como se puede observar se ubicó en un lugar privilegiado a un lado de la Puerta de los Leones del Bosque de Chapultepec, donde en esos años el Castillo aún era la residencia oficial del Presidente de México y por lo tanto el primer edificio frente al que pasaba, en su ruta diaria hacia el Palacio Nacional, era el del Departamento de Salubridad e Higiene.









Arquitectos mexicanos




Augusto H. Álvarez (Mérida 1914-1995)



Fue uno de los pioneros del estilo internacional en la arquitectura mexicana utilizando materiales de vidrio y acero. Construyó la Escuela de Comercio y Administración de Ciudad Universitaria, el edificio Jaysour, el Aeropuerto de la Ciudad de México, las oficinas de IBM y de Bancomer, y participó en el diseño de la Torre Latinoamericana.






Luis Barragán (Jalisco 1924-1988)


Es el principal referente de la arquitectura moderna y regional en México, único mexicano ganador del Premio Pritzker (considerado el Nobel de la arquitectura) en 1980. En los años cuarenta realizó residencias tanto en Guadalajara como en la Ciudad de México, así como el plan maestro de los Jardines del Pedregal, y las Torres de Satélite con Mathias Goeritz. Fue el primer latinoamericano en exponer en el MoMA de Nueva York, en 1976.







Teodoro González de León (Ciudad de México, 1926)


Destaca por una arquitectura monumental en proyectos bancarios, gubernamentales, corporativos y museos. Sus obras principales son la delegación Cuauhtémoc, la embajada de México en Brasilia, el Infonavit, El Colegio de México, la Universidad Pedagógica Nacional, el Museo Rufino Tamayo, el Corporativo Arcos Bosques, la doble torre de Reforma 222 y el Museo Universitario de Arte Contemporáneo.





Ricardo Legorreta (Ciudad de México, 1931)

Se ha posicionado como el arquitecto que representa las formas y colores de la arquitectura mexicana. Su obra más notable se identifica con los hoteles Camino Real de la Ciudad de México y de Ixtapa, pero su etapa más prolífica se centra en los primeros años noventa: el Museo MARCO en Monterrey, el Museo del Niño, el Centro Nacional de las Artes y recientemente el Posgrado de la Facultad de Economía de la UNAM.




Enrique Norten (Ciudad de México 1954)

incorporó el discurso contemporáneo internacional al ámbito mexicano de finales del siglo XX. Su carrera destaca proyectos como la Escuela de Teatro del Centro Nacional de las Artes, el edificio Televisa en Chapultepec, el Hotel Habita y la remodelación del Museo del Chopo, así como el nuevo Musevi de Villahermosa y el Hotel Americano en Nueva York









Juan O’Gorman (Ciudad de México 1925-1982)

Construyó la primera obra funcionalista con esbozos de modernidad en México. En 1949, con la Biblioteca de Ciudad Universitaria plasmó una arquitectura mexicana que integró plástica y materialidad orgánica. Proyectó varias casas para intelectuales de su época y más de 30 escuelas públicas, además de su casa de San Jerónimo.







Mario Pani (Ciudad de México, 1911-1993)

Fue el precursor e importador de las grandes innovaciones urbanas y arquitectónicas de mitad del siglo XX mexicano como el primer multifamiliar, el primer condominio y la primera ciudad satélite. Entre sus obras figuran la Escuela Normal de Maestros, el Conservatorio Nacional de Música, Ciudad Universitaria y los multifamiliares Miguel Alemán, Presidente Juárez y Nonoalco-Tlatelolco.






Pedro Ramírez Vázquez (Ciudad de México, 1943)


Es autor de muchos edificios representativos de México construidos en la segunda mitad del siglo XX como la construcción de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, 15 mercados construidos en dos años (1955-1957), el Estadio Azteca, la Basílica de Guadalupe, el Congreso de la Unión, el Museo de Antropología, el Museo de Arte Moderno y la antigua sede de la Secretaría de Relaciones Exteriores









Francisco Serrano (Ciudad de México 1937

Es nieto e hijo de notables arquitectos-ingenieros por lo que vivió de cerca la construcción de edificios y vio nacer colonias. Asociado con Teodoro González de León proyectó la embajada de México en Brasilia, la sede de Hewlett Packard y el conjunto Arcos Bosques, así como las embajadas de México en Berlín y en Guatemala. Recientemente proyectó el edificio de oficinas en condominio Centro Ciudad en Santa Fe y la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.





Javier Sordo Madaleno (Ciudad de México, 1956)

Es la tercera generación de arquitectos con el mismo apellido, su abuelo se dedicaba al negocio inmobiliario a principios del siglo XX, y su padre, Juan Sordo Madaleno, estableció su despacho en 1939. Su primer proyecto relevante fue el Centro Internacional de Prensa para la Copa Mundial de Futbol México 1986, que luego se convertiría en el edificio del Centro Cultural de Arte Contemporáneo. A esta obra le siguieron la Plaza Mariana, el centro comercial Antara Polanco, la plaza comercial Moliere 222, el hotel Westin Regina y el centro comercial Andares, en Guadalajara, y la iglesia de Santa Fe.







Referencia Bibliografica : 

 http://www.quien.com/espectaculos/2011/10/04/top-10-los-mejores-arquitectos-del-siglo-xx



El Modernismo En venezuela



El siglo XX se caracterizó más por su desarrollo urbanístico tendiente a la modernización. El neobarroco y la influencia morisca se evidenciaron en la edificación del Teatro Nacional y el Nuevo Circo, de la mano de arquitectos notables como Alejandro Chataing. Construcciones como el Teatro Teresa Carreño y las Torres del Centro Simón Bolívar, así como la Reurbanización El Silencio y la Ciudad Universitaria de Caracas (realizadas por Carlos Raúl Villanueva), revelan el impulso que se le dio a la arquitectura modernista en el país, ya a mediados de siglo.

También destacan los imponentes rascacielos en la capital construidos durante la bonanza petrolera, sobresaliendo las Torres de Parque Central, las más altas de Sudamérica.

El racionalismo entra en Venezuela hacia los años treinta, como en toda latinoamérica, como un estilo más que le llegó "de fuera". En medio de un panorama arquitectónico dominado por el eclecticismo, destacaron algunos edificios, de carácter escolar, donde se hacía ver la asunción del "estilo internacional". Tal es el caso del Liceo de Caracas (1936) de Cipriano Domínguez, el Ministerio de Educación (1938) de Guillermo Salas, o la escuela Gran Colombia (1939) de Carlos Raúl Villanueva.

El desarrollo de la industria petrolera en este período provoca un crecimiento acelerado de la población urbana y, con ella, del entramado arquitectónico sobre el viejo trazado urbano de las ciudades.

Al caos de este crecimiento se le pretende dar solución a finales de los años treinta, con la proyección de un plano regulador que se aprueba en 1939, y que busca modernizar a Caracas: conservación y fomento de los organismos urbanos vitales, zonificación de unidades vecinales, redistribución de los espacios verdes con una concepción de área de recreo, y conexión de todos ellos entre sí a través de un moderno trazado vial.

A partir de 1940, inicia la transformación de la vieja ciudad colonial en ciudad moderna. Las nuevas corrientes de la arquitectura se hacen notar en la edificaciones de todo tipo que se levantan particularmente en Caracas, las cuales se inspiran, como es natural, en las ideas funcionalistas en que participan distintas escuela es decir, que el edificio se va a proyectar tomando en cuenta, en primer lugar el uso a que se le destina y la función que debe cumplir, los cuales determinaran la forma más conveniente, aquélla que mejor llena la necesidad que se quiere satisfacer. La aplicación de estos principios racionalistas materializa en formas arquitectónicas que se caracterizan por su constancia repetición, lo que ha llevado a denominar el estilo de nuestro tiempo “Estilo Internacional”, dando a entender su universalidad y cosmopolitismo.



Entre los arquitectos venezolanos que trabajan en esta segunda mitad d siglo, hay que mencionar a:


  Gustavo Wallis, autor del antiguo Banco Central de Venezuela
                 
  



Luis Maulassena, al que se le deben el Círculo Militar de Caracas el hotel Macuto Sheraton, el Hotel Maracay y el Paseo de los Proceres





Cipriano Domínguez, que estudio con Le Corbusier, autor del Centro Simó Bolívar y del Instituto Guillermo Beckhoff, que construye el Colegio Humboldt el Centro Comercial La Pirámide.



                         

José Miguel Galia y Martín Vegas, que hacen el Edificio Polar y el Teatro del Este.

 



Moisés Benacerraf, que hace la capilla de Colegio La Salle de la Colina y la Torre Europa.




Carlos Guinanand Baldo constructor del Hotel Tamanaco






Otro Sin embargo no es sino hasta la década de los cincuenta del siglo xx cuando se produce la verdadera transformación de caracas, el estado, partiendo también del pensamiento racionalista, transforma toda la realidad dentro de orden de armonía establecido. El proceso de modernización tuvo su fundamentación teórica en el nueva ideal nacional, el cual partía de ‘la creación de un sistema de infraestructura básica, sistema de comunicación, intervenciones urbanas, edificio educacionales, hospitales, hoteles, casas sindicales, etcétera, y la creación de grandes urbanizaciones para obreros y la clase media, dentro de los cuales los superbloques son algunas de las tipologías edilicias que se emplean para sanear las áreas marginales las Torres del Silencio, el Centro Simón Bolívar la Ciudad Universitaria de Caracas, el Sistema de la Nacionalidad, el Círculo Militar, el Helicoide, el Hotel Humboldt, el Hotel Tamanaco, el Hipódromo de l Rinconada, los Superbloques, la Autopista Caracas la Guaira, la Autopista de Este y la Avenida Urdaneta son algunas de las obras construidas en la caracas de los años cincuenta.

Hacia los años 50, un hecho importante viene a convulsionar la Arquitectura Moderna en Venezuela, se trata de la creación del Taller de Arquitectura de Banco Obrero, en 1951, este taller influyo en la reorientación de la arquitectura funcional, donde el espacio habitable, el hombre y la comunidad, fuesen una unidad. En este taller intervinieron arquitectos de fama nacional e internacional. Es así como a partir de los años 50 surgen arquitectos y obras con un nuevo lenguaje plástico y arquitectónico.








Referencia Bibliografica 


http://www.monografias.com/trabajos915/arte-arquitectura-venezuela/arte-arquitectura-venezuela2.shtml#ixzz3z46acNeO

Domínguez, Cipriano Arquitecto Venezolano

Domínguez, Cipriano
Caracas, 12.1.1904 _ Caracas, 27.1.1995

Ingeniero, arquitecto, doctor en ciencias físicas y matemáticas y profesor universitario.
Diseñador de las torres del Centro Simón Bolívar en Caracas (1954-1957) y fundador de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Central de Venezuela (1945). Cursó estudios
primarios y secundarios en su ciudad natal, graduándose de bachiller en el liceo Andrés
Bello (1922). En 1923 ingresó a la Universidad Central de Venezuela, donde obtuvo el
título de ingeniero civil (1928) y doctor en ciencias físicas y matemáticas (1930). Ingeniero
al servicio de la empresa del arquitecto Alejandro Chataing, viajó a París (1931) para
realizar cursos de arquitectura. Allí se hizo aprendiz directo de la ciudad, de su arte y de su arquitectura. 

En 1933 regresó a Venezuela e ingresó como ingeniero en el Ministerio de
Obras Públicas (MOP), tocándole diseñar y construir una serie de edificios públicos, entre
los que se encuentran: los liceos Fermín Toro (Caracas), Barquisimeto, Libertador
(Mérida), Cumaná y Pedagógico de Caracas. Colaborador de la Revista del Colegio de
Ingenieros de Venezuela (1936-1944). Fundador de la Sociedad Venezolana de Arquitectos (1945) y de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Central de Venezuela (1945),donde se desempeñó como profesor de composición arquitectónica, teoría de la arquitectura y dibujo arquitectónico (1945-1957). Entre 1947 y 1955 fue miembro de la delegación que representó a Venezuela en los diferentes congresos panamericanos de arquitectos, y presidió la Comisión Nacional de urbanismo, de la cual había sido miembro desde 1943. 

En 1948 ingresó al Centro Simón Bolívar escogido especialmente entre los arquitectos que
conformaban la Comisión Nacional de Arquitectos siendo llamado para que se le diese
continuidad al proyecto de transformación urbana de Caracas, del urbanista francés
Maurice Rotival, el cual se había iniciado con la inauguración del conjunto residencial «El
Silencio». Presidente del Centro Simón Bolívar (1954-1957), Domínguez se abocó a la
tarea de diseñar una obra que fuera símbolo de la ciudad, lo cual logró con la construcción
de las torres de El Silencio o torres del Centro Simón Bolívar, inauguradas en 1957.
Graduado de arquitecto en la Universidad Central de Venezuela (1955), Domínguez es
considerado uno de los máximos representantes de la generación de ingenieros-arquitectos
que a partir de la década de 1930 introdujo en Venezuela el movimiento urbanista moderno.
Asociado al Gobierno de Marcos Pérez Jiménez, su obra fue ignorada durante más de 30
años, en los cuales no se le menciona en libros ni revistas de arquitectura venezolana. No

obstante, en 1990 su obra comienza a ser reconocida cuando se le otorga el Premio
Nacional de Arquitectura






Estas torres son un ejemplo único de arquitectura urbana, funcionalista y monumental, emergiendo desde la antigua ciudad de Caracas, para convertirse en una figura irrepetible y emblemática de la ciudad. Nacieron en un contexto donde el país salía de su condición agrícola para convertirse en uno petrolero, al comienzo de su industrialización. Estas torres que se imponen como un símbolo estético de la modernidad de Venezuela, pertenecen al Centro Simón Bolivar TCSB, y enmarcan, a través de su simetría, Los Caobos y el cañón del valle al fondo, generando una perspectiva cerrada.


Al ser torres gemelas y simétricas, incorporaron un nuevo paisaje axial, desde el cual se definieron las directrices del crecimiento de la ciudad nueva de Caracas. Los dos grandes volúmenes que están suspendidos sobre pilotes que llegan al terreno, generan un espacio público de libre circulación en el nivel de la calle, y plantas libres en sus niveles superiores.





Sus vanos se extienden de un lado a otro, aumentando su carácter simétrico, que también se ve reflejado en su espacio interior. Están conformadas por dos paralelepípedos que nacen sobre el volumen rectangular, conformado por un sistema de plazas, pasillos, pórticos, áreas comerciales y estacionamientos subterráneos.






Cipriano Domínguez diseñó, siguiendo los 5 puntos de Le Corbusier, dos hileras continuas de edificaciones que ascienden a partir de los bloques 2 y 3, y termina en las dos torres de 32 pisos, con una gran terraza en la azotea. En el nivel de la calle se instalaron 100 locales comerciales y en el nivel de subterráneo otros 200, convirtiéndose en uno de los referentes más importantes de la época






Las torres fueron inauguradas el 6 de diciembre de 1954, hace casi 60 años. Y en muy poco tiempo, junto a los restaurantes, salas de fiestas, locales comerciales, servicios de todo tipo, garajes, y muchas otras instalaciones en su interior, todos los espacios de oficinas fueron ocupados por las empresas de mayor prestigio en Venezuela.






Referencia Bibliografica

http://hanniagomez.blogspot.com/2007/04/cipriano-j-domnguez-1904-1995.html

https://venezuelaoctavaisla.wordpress.com/tag/cipriano-dominguez/

El modernismo en arquitectura


El modernismo arquitectónico empieza a gestarse después de la Ilustración, cuando la monarquía francesa decide abandonar la pomposidad barroca y establecer la sobriedad y mesura neoclásica como la predilecta para su gobierno. Aquí de nuevo se ensalza a la civilización grecorromana, pero ahora también se buscan los vestigios originales de ésta, emprendiendo grandes proyectos arqueológicos para buscar la esencia de la arquitectura vitruviana en su proyección original.


El modernismo arquitectónico no sólo tuvo sus orígenes en Francia, pues otro suceso importante también influyó en su formación: la Revolución Industrial. Con el avance del sistema capitalista y sus medios de producción, cada vez quedaba menos espacio para plantearse cuestiones estéticas dentro de la arquitectura.


la vulgarización de la arquitectura y su progresivo aislamiento de la sociedad llevó a que la disciplina volcase sobre sí misma, de modo que nos enfrentamos a la paradójica situación de que […] los elementos arquitectónicos son reducidos a puros signos sintácticos que no significaban nada más fuera de su propia función de estructura en su versión más nostálgica
Oficialmente, el modernismo, como corriente artística, nace a finales del siglo XIX y vive varios procesos catárticos por las coyunturas históricas entre las que se desarrolla, hasta que es sustituido por el post-modernismo ya entrado el siglo XX.




Características generales:

-elementos estructurales y ornamentales inspirados en elementos vegetales de tipo orgánico: formas

redondeadas, entrelazados (arabescos)

-carácter envolvente: lo decorativo y lo funcional se unen.

-predominio de la línea curva, disimetrías, estilización.

-empleo de nuevos materiales constructivos: hierro (recuperación de trabajos de forja artística); y


materiales que ya estaban en desuso: ladrillo, azulejería;

-libertad e imaginación. Sacar al arte de las normas convencionales

-arquitectura simbólica, sugerente, embellecida, que despierta los sentidos




·         









martes, 2 de febrero de 2016

Estilo internacional en Arquitectura




Este es un estilo arquitectónico desarrollado en la arquitectura moderna, el mismo puede incluirse dentro del funcionalismo arquitectónico, que implantaba una forma universal de proyectar, que no se atara a las características de ninguna región en especifica.




Ideales:

Los ideales del estilo se resumen comúnmente en cuatro lemas:

El ornamento es un crimen

La verdad de los materiales

La "forma sigue a la función"

La idea de Le Corbusier de las casas como “máquinas para vivir”



En lo formal se caracteriza por su énfasis en la ortogonalidad:

Superficies lisas, pulidas, desprovistas de ornamento

Aspecto visual de ligereza: construcción en voladizo, novedoso hasta ese momento.

Empleo de nuevas técnicas y materiales:

Hormigón armado que permite la configuración de amplios espacios interiores.






                                                                          Edificio Seagram.

EL Modernismo en México



Historia


Los frailes españoles llegan a América imbuidos del misticismo religioso gestado durante los siglos de la edad media dotados de toda gama de símbolos y poderes para fundar la iglesia de Cristo en tierra de infieles; en tanto que predicadores de la nueva fe, su misión era difundir el catecismo cristiano y construir edificios donde se podrían satisfacer las tres grandes necesidades religiosas del movimiento
A fines del siglo XVI se pudieron contar más de doscientos cincuenta fundaciones conventuales, la mayoría de ellas de proporción y embergadura colosal, reflejo claro de la rapidez del proceso de adoctrinamiento a que fue sujeta la población.
El convento se presenta en el paisaje mexicano del siglo XVI con una interesante pluralidad de significado. Es antes que nada y en términos arquitectónicos la materialización extensiva de la cultura centroeuropea originada en el mediterráneo y enriquecida con las aportaciones llegadas del medio oriente y el norte de África.
Los representantes plásticos románticos, góticos islámicos y renacentistas son tomados por los frailes- arquitectos como elementos de un ámbito externo que sólo puede ser considerado en términos simbólicos- litúrgicos y no como expresión propia de un lenguaje estilístico



Podemos distinguir dos procesos de formación en la arquitectura modernista en México: el organicista y el geométrico

El punto básico de la estética modernista organicista es el concepto de unidad entre exterior e interior, coherencia estilística entre estructura, decoración y ornamentación; y en las artes aplicadas, una nueva calidad y dignidad de los objetos de uso, en oposición a la vulgaridad comercial provocada en la segunda mitad del siglo XIX por una producción industrial masiva.

La característica más importante del modernismo o Art Nouveau es la utilización de los nuevos materiales industriales como ornamentos (vidrio, hierro, concreto, mosaico producido en masa, etcétera) y su transformación a formas orgánicas, la mayoría de las veces asemejando plantas o materia orgánica. Ejemplos de esta corriente son: La Torre Eiffel, de Gustave Eiffel en París (1889), la casa Batlló de Antoni Gaudí i Cornet en Barcelona (1907) y las espectaculares entradas al metro de París de Héctor Guimard (primera década del siglo XX)

Este estilo en la arquitectura se empezó a implementar en México bajo la dictadura de Porfirio Díaz, aunque no de una manera «pura» ya que muchas veces quedó mezclada con otros estilos, formando la compleja «arquitectura porfiriana». Algunas muestras de este estilo se pueden encontrarse el día de hoy en la colonia Roma y Juárez de la ciudad de México

El otro estilo importante (y el que más influyó en la arquitectura post-revolucionaria) fue el «geométrico» o el que los estudiosos del arte identifican como Art Déco, como una abreviación del término francés Arts Décoratifs. Este estilo (también identificado como «Estilo años Veinte») es característico de la post-guerra, ya que se establece después de la exposición internacional de 1925 en París, dedicada a las «artes aplicadas e industrias modernas»

Sus características son: su predilección por la línea curva de trazo seco, los movimientos quebrados y/o angulosos y las formas encuadradas y geométricas en la arquitectura. Son de suma importancia, ya que van de la mano con el desarrollo de las corrientes vanguardistas como el cubismo, el constructivismo y el futurismo

El estilo de los años veinte no sólo afecta la concepción arquitectónica de los edificios, sino también a la idea del uso del suelo, ya que con la creación de condominios y edificios de oficinas las personas dejaron de adquirir «suelo», en términos literales. Como último punto vale la pena mencionar que el mayor desarrollo del estilo modernista Art Déco se dio en los Estados Unidos, en ciudades como Nueva York y Chicago.




    Inicio del modernismo en México 


El siglo XX puso a México, por primera vez en su historia, ante la posibilidad de ser contemporáneo de las naciones que decidían la orientación de la arquitectura en el mundo. Las primeras obras mexicanas de los novecientos son herederas en sus formas del pasado, aunque sean ya, muy avanzadas técnicamente hablando: el Palacio Postal, el Palacio de Comunicaciones, el nuevo Teatro Nacional y el frustrado Palacio Legislativo. Todas ellas fueron proyectadas por extranjeros, únicos capacitados para abordar su gran complejidad. Tienen estructura de acero y concreto, así como modernas instalaciones hidráulicas y eléctricas, ascensores y teléfonos. Su mismo lenguaje historicista no era percibido en aquella época como anticuado, sino como moderno.

La Arquitectura Mexicana contemporánea se caracteriza por un conjunto de facciones modernistas como lo es la plástica lineal de los volúmenes, los grandes ventanales longitudinales o el funcionalismo extremado. Nacida en la segunda mitad del siglo XX, se diferencia de todo tipo de Arquitectura existente puesto que utilizando referencias del movimiento moderno no hace uso de típico lenguaje neocolonial y californiano de las ciudades que lo circundan. El muralismo y el funcionalismo  son algunas de las principales tendencias de esta arquitectura. Con sus planteamientos racionalistas y antiacademicistas

En el siglo XX  la arquitectura Mexicana empieza a tener una identidad propia.

México dejó de depender mayoritariamente de Europa y buscó acercarse más a los Estados Unidos. Además de esto, corrientes como el marxismo empezaron a penetrar en la esfera intelectual del país cambiando drásticamente algunos antiguos cinturones de relaciones porfiristas. Como consecuencia, el arte también sufrió cambios, ya que gracias a la política nacionalista ahora debió popularizarse, y al hacerlo, retomó elementos unificadores que contribuirían a la creación de una historia nacional. Como ejemplo tenemos el legado de las culturas prehispánicas



Aunado a esto, México quería presentarse ante el mundo como un país confiable que había superado sus luchas intestinas y que tendía a superarse de manera democrática, siendo de suma importancia para la vida económica del país, ya que sin la confianza y reconocimiento de las potencias internacionales, México simplemente quedaba aislado del mercado mundial, como bien expresa Lorenzo Meyer. Una de las maneras para demostrar que México era un país nacionalista, pero a la vez abierto al mundo, era adaptar su estética artística (como ya se mencionó) y arquitectónica



México retomó los estilos «de moda» y los adaptó de una manera espectacular a su entorno. Entre estos estilos se encontraban el Art Déco de la escuela de Chicago y en menor medida el Art Nouveau franco-belga



Sin embargo, el modernismo en México no se limitó a la construcción de edificios gubernamentales y públicos. Dos sucesos importantes al que se enfrenta la ciudad en estos años son, sin duda, la migración y el crecimiento de los suburbios –cabe mencionar que empiezan con Cárdenas y aún hoy están vigentes–, por eso, el modernismo reflejado en la arquitectura urbanística es muy especial. Se puede ubicar claramente en las colonias Juárez, Condesa, Centro, Churubusco, Roma sur, Nápoles, Romero Rubio, Guerrero (en su parte norte), Santa María la Ribera (en su parte norte también) y Tlalpan



Finalmente, el modernismo era la salida del estancamiento, no sólo en México, sino en otros países industrializados de América Latina. En México, esta corriente no sólo se presentó como un voltear a ver a Estados Unidos huyendo del oscuro pasado de la dictadura y su influencia europea, sino también como un voltear al mundo desde un país democrático consolidado, a la vanguardia y listo para el devenir.





Referencia Bibliografica 

                                       
http://cuadrivio.net/academia/la-arquitectura-modernista-en-la-ciudad-de-mexico/#_edn14

http://erika-arquitecturaenmexico.blogspot.com/2010/11/historia-de-la-arquitectura-mexicana.html